CARAVANA DE ILUSIÓN
Por: Mª Rosario Pallás
A lomos de animales hace años, miles,
camellos, dromedarios, elefantes,
caballos, mulas, burros, bueyes,
los hombres montaban, o a carros ataban
y en labores diversas su fuerza empeñaban.
Según la tradición, unos magos, en caravana,
seguían la luz, estela, ruta celeste, de luminosa,
gigante y especial estrella, cuando trobaron
en Belén el establo-paritorio del Niño Redentor,
hijo de José y María, judíos, vecinos de Nazaret.
Sobre dorada paja yacía, en el pesebre, humilde cuna,
y ricas ofrendas, oro, incienso y mirra le llevaron.
Inocentes, los niños esperan sus regalos en la noche.
Noche de Reyes, noche de ilusión y nerviosa magia.
Zapatos en el balcón, para los camellos agua y arroz,
a dormir pronto, a soñar con sus deseos y peticiones;
al día siguiente, la emoción al despertar:
"Han venido Melchor, Gaspar y Baltasar".
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Esa niña que mira hacia abajo, retratada al poco de tomar la Primera Comunión, en un pantalán de madera de la Gola de El Perelló, me he dado cuenta de que parece mirar la escena con la Adoración. Esa pose me había pasado inadvertida al ubicar mi Belén este año. El cuadro pintado por José Alcantarilla, lo he colgado recientemente en esa pared, flanqueado por dos estanterías de libros. Ahora sé, que ese sol que me cegaba al posar, realmente me ha regalado una nueva dimensión escénica. |
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