Publicado en Arte en Valencia

José Zaragosí en Manaut
Por Mª Rosario Pallás
De manera íntima y acogedora, nos ofreció José Zaragosí una charla, con proyección de fotografías de su propia cosecha, sobre la iconografía pictórica de San Vicente Mártir. El pasado martes 31 de marzo, nuestro decano doctor dejó la evidencia. Sufre de modestia a la hora de describir su afición por el arte. El diagnóstico de su estado es claro: investigador, curioso, motivado, con ganas de mantenerse con energía vital por muchos años. ¡Es un ejemplo a seguir!
Hoy día, los medios de comunicación ofrecemos todo tipo de espectáculo y entretenimiento a muy diversos niveles; no olvidemos, sin embargo, que casi todos son productos enlatados. El caso es que, en directo, la vivencia de este acto en vivo -valga la cuasi redundancia- se convirtió en pura e irrepetible.
Este día, el poder de convocatoria lo ejercía nuestro amigo Pepe, y allí se reunió a merendar y a escucharle el nutrido grupo de fieles y admiradores, que pueden también contarlo.
Por lo que a mi respecta, su figura, va unida a recuerdos imborrables de mi infancia. En mi memoria, la noche de San José, supuso una especie de iniciación, cuando mis abuelos me llevaron a tu casa Pepe, a la fiesta celebración de tu onomástica; una reunión sui géneris para mi entonces corta e ingenua percepción de la vida. Se comía y hablaba, se estaba a gusto y yo entraba y salía de una estancia a otra. La ausencia de otros niños, me permitió, observar cómo se desenvolvían todos los invitados. Sobre todo, recuerdo una habitación en la que se tocaba la guitarra, pero no las caras de quienes allí cantaban. Y, como no, recuerdo que desde el largo balcón, a la vera de la fachada, veíamos quemar la falla, mientras delante de nosotros El Cid cabalgaba…
Se acababa la juerga con la “cremá” y la esperanza del año que viene. Me lo pasaba bien allí, entre simpatía y canapés, y por ello, durante tantos años ha quedado fijado en mi alma ese balcón mágico de mi infancia, que tantas veces ha buscado mi mirada desde la Plaza de España, al parar en obligado semáforo. Mi etapa larga residiendo en Madrid me cambió los escenarios y con el retorno caras y seres de otro tiempo, han vuelto a presentarse ante mí con otra mirada y algunas canas más definidas. Tú en el retrato de Tona Bellot, Pepe, estás eternizado como ahora eres. Desde que nos reconocimos, hace más de dos años, delante de la Asociación Difusora de las Artes, por mi primer apellido, te pongo cara y espíritu definidos. Eras el amigo de mis abuelitos, y médico que ha tratado a la familia. Recientemente, descubrí la relación intensa entre ambas familias, que se reunían de paella en Catarroja, como muestran fotos que mi abuelo hizo en el tiempo de “Maricastaña”, año arriba, año abajo. Cuánto me alegro también del reencuentro que has tenido con mis padres. ¡El destino nos presentó y unió de nuevo!
Nota:
El contenido de la conferencia se encuentra publicado por Bancaja con motivo del II Ciclo de Conferencias celebrado en el Instituto Luis Vives de Valencia 2003/2006, coordinado por el Dr. José Zaragosí Moliner con la Asociación de Antiguos Alumnos.

Las familias Pallás-Sánchiz y Zaragosí-Moliner de paella en Catarroja. José Zaragosí en el centro. Foto: Archivo Francisco Pallás Martínez 
Stella Manaut junto al conferenciante

José Zaragosí, Marinette Gascó y Mª Rosario Pallás

Francisco Pallás, Mª Rosario Caballero y el Dr. Zaragosí

José con Tona Bellot

Roberto Cifre, José y Gema Ibañez
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